29 mayo 2008

De la injuria a los hombres públicos

Pues en Atenas, si bien existen las prescripciones más estrictas para asegurar la observancia de la cortesía en la vida privada, una vieja tradición permitía a los poetas cómicos gozar en la escena de completa licencia para lanzar ataques contra individuos, por prominentes que éstos fuesen. En verdad, sorprenderá a muchos que semejante licencia sea tolerada por un pueblo que, en la vida ordinaria, considera que un insulto deliberado es más ofensivo que cualquier otra cosa. [...] Sin embargo, nadie piensa que se pueda injuriar a un general o a un político en la escena. Puede ser acusado de peculado, cobardía o inmoralidad, y se espera que el propio aludido se una a la carcajada general. [...] Para mí [Anaxágoras de Clazomene], la incoherencia de esta actitud de los atenienses es más aparente que real. Siempre se mostraron muy sensibles a la injusticia personal, de modo particular si afecta a los débiles e indefensos. Por consiguiente, todos los hombres, y sobre todo aquellos que no están en condiciones de defenderse, son protegidos por la ley, que no tolera que sean objeto de un trato afrentoso e insolente por parte de aquellos que son agresivos por naturaleza, o que, a causa de un concepto equivocado o insensible de su propia riqueza o poder, se consideran superiores a sus semejantes. Pero el hombre a quien los votos de su pueblo reconocen como excepcional y merecedor del poder parece buen blanco para la crítica. Tal crítica deleita a los oyentes y no puede hacer serio daño a un hombre cuya posición es reconocida, en cualquier caso, como superior. Y, en verdad, los más supersticiosos consideran que tales ataques públicos resultan más bien beneficiosos, pues pueden desarmar lo que, según se supone, es la envidia que sienten los dioses por los grandes hombres (noción que, a mi parecer, muestra un concepto bastante mezquino de la divinidad); al paso que otros, más racionales, consideran que no deja de ser útil recordar a los grandes hombres que ellos también son humanos.

Pericles no sólo conocía esta tradición, sino que la aprobaba. Mientras la dignidad de los otros le inspiraba el más tierno respeto y decía a menudo que, puesto que hasta una mirada puede ofender, no menos que palabras y actos insolentes, y que por lo tanto los hombres injustos y engreídos habían de ser castigados por la ley, nunca se sintió herido por las críticas que se le hacían y se manifestaba indiferente ante una falta de consideración para con él. En cierta ocasión, según recuerdo, un hombre excéntrico y tosco, que imaginaba tener motivos de queja contra Pericles, lo siguió a lo largo de toda Atenas gritándole denuestos. Pericles no le prestó ninguna atención hasta que llegó a la puerta de su casa, cuando ya oscurecía. Llamó entonces a Aspasia y, después de haberla besado como era su costumbre, dijo: "Me agradaría que pidieras a un sirviente que traiga una antorcha y que le alumbre el camino a mi amigo, que regresa a su casa".

(Rex Warner, Pericles el Ateniense; traducción de Roberto Bixio; Barcelona, Edhasa, 2002; pp. 238-40).


Algún político contemporáneo apunta las maneras de un Pericles. A veces.

(Aunque explicación, haberla, hayla).

23 mayo 2008

Sin licencia para matar

Fuerzas especiales alemanas en Afganistán dejan escapar a un mando talibán

Por Susanne Koelbl y Alexander Szanda

Fuerzas especiales alemanas tuvieron en sus miras a un importante mando talibán en Afganistán. Pero escapó... porque los alemanes no estaban autorizados a usar fuerza letal. El enfoque de "manos atadas" de la guerra por parte del gobierno alemán está causando fricciones con sus aliados de la OTAN.


Seguro que con nosotros no; ZP y sus sucesivos ministros de Defensa (¿?) pacifistas ya tienen algo que alabar de Angela Merkel.

Las fuerzas especiales alemanas (KSK) están encargadas de capturar al terrorista, en cooperación con el servicio secreto afgano NDS y el ejército afgano. Los soldados alemanes de élite pudieron localizar al mando talibán. Pasaron semanas estudiando su conducta y costumbres: cuándo salía de su casa y con quién, cuántos hombres le acompañaban y con qué armas, el color de su turbante y qué vehículos conducía.

A finales de marzo decidieron actuar para capturarle. En la oscuridad, los KSK, junto con fuerzas afganas, avanzaron hacia su objetivo. Vestidos de negro y con equipo de visión nocturna, el equipo llegó hasta sólo unos pocos cientos de metros de su objetivo antes de ser descubierto por los talibanes.

El peligroso terrorista escapó. Sin embargo, los alemanes podrían haberle matado... Pero los KSK no estaban autorizados para hacerlo.


Es digno motivo de orgullo nacional que hayamos conseguido exportar la guerra de los chistes de Gila*; y es un consuelo meditar que, en caso de guerra entre España y Alemania, no habría muertos salvo por accidente.

(Vía The Other Side of Kim du Toit).

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* O lo sería si pensáramos que la chapuza es invento español.

19 mayo 2008

Matrimonio homosexual

(Entrada publicada originalmente en HispaLibertas el 26 de noviembre de 2004)

Me sumo a la recomendación de Franco Alemán de este artículo de Álvaro Delgado-Gal, Tuercas sueltas.

El artículo anterior es puramente interrogativo. Este otro de Albert Esplugas, en cambio, también pregunta mucho, por ejemplo:

si el Estado no debe sancionar las uniones homosexuales porque de este modo se estaría imponiendo a la sociedad una concepción moral determinada, ¿exactamente por qué motivo sí debe sancionar entonces las uniones heterosexuales?

pero además ofrece una respuesta:

La solución liberal no es nacionalizar el matrimonio homosexual; es privatizar el matrimonio heterosexual.

Solución que ya propuso por ejemplo Larry Elder en un artículo citado por Daniel Rodríguez en 1812. No estaba muy en desacuerdo Donald Sensing, que es pastor protestante y contrario al matrimonio homosexual; le basta con saber que él no los celebraría en su iglesia.

Quiero traducir aquí un argumento perfectamente libertario contra el matrimonio homosexual, de Eric Scheie en Classical Values, aunque no sé si sería aplicable en su totalidad a la situación en España:

La política de identidad de quién-folla-con-quién ha alcanzado nuevas cimas de idiotez con el debate sobre el matrimonio homosexual.

Homosexuales inseguros que necesitan validación, en la línea de "¡Valgo tanto como tú!", sin pensar las cosas, han pedido el "derecho" a casarse... como si fuera parte de la suma total de derechos humanos sin los cuales no se es un ciudadano o incluso una persona. Olvidan que el matrimonio es una institución gubernamental y religiosa, con toda clase de condiciones añadidas*. Olvidan también que la mayoría de los matrimonios terminan en divorcio y, peor aún, bajo la jurisdicción de "tribunales de familia" cada vez más poderosos e invasores de la privacidad. Se pierden derechos de propiedad, las partes derrotadas acaban amargadas, y a menudo se sienten acechadas durante el resto de sus vidas por personas a las que una vez amaron.

¿Por qué quieren los homosexuales (y tantos de la izquierda) infligirse a sí mismos semejante plan? ¿Por qué quieren someter sus relaciones, actualmente libres y sin estorbos, a las no tan tiernas atenciones de los tribunales de familia?

Una pregunta mejor: ¿¿¿por qué quieren someter a los tribunales de familia las relaciones de homosexuales que no consienten en ello???

El "derecho a casarse" no puede verse en un vacío, meramente como un "derecho". Una vez se apliquen a la vida gay los deberes y responsabilidades legales del matrimonio, ninguna pareja gay (no importa cuánto puedieran apreciar su privacidad) será inmune a la pesada mano de la ley. Todo lo que haría falta sería que una parte celosa o vengativa decidiese que es ante la ley un "cónyuge de Derecho común", e inmediatamente se aplicaría la jurisdicción legal.

¿Consentimiento, dice?

Hasta ahora, la homosexualidad consensual ha sido uno de las pocos santuarios de vida bohemia privados y no regulados que quedan en los Estados Unidos. A mí por ejemplo me gustaría dejarlo así. Leyes contra la sodomía aparte, me encuentro irónica (aunque perturbadoramente) de acuerdo con la muchedumbre antigay en que la homosexualidad debería permanecer sin regulación... y fuera del alcance del cada vez más opresivo Estado.


(Nota en realidad irrelevante, pero bueno: Eric Scheie es homosexual impenitente. Como yo, por si quedaba alguien que no se hubiese enterado).


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* (¿Cómo traduciríais "strings attached"?)

10 mayo 2008

De gustibus non disputandum

Publicó el jueves Smith, de Batiburrillo, una entrada arremetiendo contra la FELGTB a cuenta de su concesión a la Cadena COPE del premio Látigo Colectivo “por representar la lesbofobia mediática”, entre otros méritos. (Resulta curiosamente adecuado a la intención el verbo usado en la noticia de Madrid Digital: "El Premio Látigo Colectivo incidirá a la Cadena COPE...").

La entrada de Smith contenía una frase, sobre todas, que ha suscitado reacciones dentro y fuera (Un toque liberal, Contando Estrelas, Cocaína Intelectual).  Comenté sobre ella lo siguiente:

14 | Marzo   8 de Mayo 2008 a las 05:31 PM

>al margen de sus actividades sexuales -que por mucha repugnancia que despierten entre muchísima gente decente, han de ser respetadas si las practican en su nauseabunda intimidad-

¿Es menos impúdica la exhibición pública del asco producido por determinadas actividades privadas que la exhibición pública del goce producido por esas mismas actividades?

Hay que reconocer que no niegas la posibilidad de que algunilla gente decente no sienta mucha repugnancia por ellas (o, al menos, lo que has escrito no la niega). Y que al final de la entrada el "asquito" se refiere sólo a las actividades públicas, donde es irreprochable manifestarlo. Yo encuentro que a veces conviene cortarse un poco, contar hasta diez y repasar lo escrito antes de publicarlo. (Claro que soy mal ejemplo, porque no posteo hace un año).

[...]

Policronio, si la crítica hacia los "determinados homosexuales", que Margol sabe bien que le mandarían a un campo de trabajo como poco tres veces (por homosexual, por derechista y por cristiano), viene regularmente adornada de manifestaciones de repugnancia hacia ellos no por "determinados", sino por homosexuales (y por tanto hacia los homosexuales todos, incluidos por ejemplo Margol y yo), pues encuentro que es comprensible que salte.

Yendo al asunto de la entrada, tiene coña lo de la "homofobia" de la COPE y de FJL concretamente. FJL, que por ejemplo era tan amigo de Alberto Cardín que la gente (gente izquierdista y de progreso) pensaba que eran novios. Y que siguió siendo amigo hasta su muerte. A pesar de que, supongo, algunas de las cosas de las que escribió Cardín podrían ser repugnantes para algunos, o tal vez para muchísimos.

Pero bueno, la derecha corre tupido velo sobre estas cosas, suponiendo que las sepa (que tampoco tiene por qué), y la izquierda "tolerante" las saca sólo con intención de enmerdar.


Me contestó Smith:

17 | Smith   8 de Mayo 2008 a las 11:27 PM

Hola Marzo:

1) Me parece perfecto que cada vez que haya un post sobre homosexuales, entres a Batiburrillo a dar tu opinión. También te animo a que comentes otros posts igualmente interesantes.

2) No pienso retractarme de absolutamente nada. Tampoco me lo pides, cierto... pero mira, yo creo en la libertad de la gente: para travestirse y para meterla donde quiera; pero también para sentir repugnancia por determinadas conductas censurables bajo ópticas iusnaturalistas, católicas o como prefieras catalogarlas. La libertad de sodomizarse no debe estar reñida con la libertad de sentir repugnancia por la sodomía. ¿O no? ¿O qué liberalismo defiendes tú? A ver, que no me he enterado bien.

3) Por último, y pare resumir: este post no era sobre los homosexuales; no... este post era (es) sobre un colectivo de colectivos sexualo-marxistoides completamente intolerantes con la derecha mediática. Colectivos sexuales politizados, que no toleran que los demás rechacemos sus conductas, por muy libres que sean para llevarlas a cabo: parades, orgullos-gay days, manifas anticatólicas, vestirse con plumas, el día del travesti mulato, etc. Ellos son los intolerantes. Ellos son los totalitarios. Ellos son los que han arremetido contra quienes no comulgan con su indecencia. Porque, para mí, estos socialistas no-hetero son indecentes. Son libres de hacer lo que quieran, pero son indecentes. El liberalismo es dejar que hagan lo que quieran, pero también admitir las críticas de los demás, incluidas las
mías.


A lo que respondo:

Hola, Smith.

1) Exageras. Buscando en Google "homosexualidad site:batiburrillo.redliberal.com" me salen 39 resultados. De ellos, hay un comentario mío exactamente en uno, y no va de homosexualidad. Y no llevo cuenta de las veces que comento aquí, aunque creo que son pocas; pero sí guardé la referencia a esta (porque daba datos de algún interés), que tampoco va del asunto sino de abortos en Rusia.

2) Por supuesto que no te pido que te retractes de nada; pero el pasaje que cité me parece lamentablemente desafortunado.

Me explicaré más. Pienso que ese "nauseabunda" aplicado la intimidad sobra, estorba y aun escandaliza (en el sentido etimológico y en el corriente) no porque te niegue la facultad de sentir náuseas, que de ninguna manera te la niego, sino porque no corresponde al género "comentario político liberal". Con las náuseas sobre las intimidades ajenas puede hacerse política, claro es, pero será, por decirlo suavemente, harto difícil que salga liberal. Vamos, que la materia prima es de las más indicadas para que salga lo contrario. Por tanto su mención distrae del asunto, luego detrae del conjunto.

Tomemos, en cambio, la frase en cuestión sin el (persevero) infausto adjetivo: "actividades sexuales -que, por mucha repugnancia que despierten entre muchísima gente decente, han de ser respetadas si las practican en su intimidad-". Esto, aunque lo considere de redacción mejorable (objetaría yo al decente, aunque con menos intensidad que al nauseabunda), es un claro signo de liberalismo. Es más, de liberalismo meritorio, pues poco mérito tiene permitir lo que le agrada a uno.

Sospecho, pues, que el liberalismo que defiendo yo se parece al que defiendes tú como poco en que no entra a gobernar los gustos y disgustos particulares, empresa arrogante y mal aconsejada.

3) De acuerdo con que tienes perfecto derecho a rechazar las conductas que te parezcan rechazables.


Y, como veo que no se admiten ya comentarios en esa entrada de Batiburrillo (lo que, tal vez extrañamente, me extraña), aprovecho y lo publico aquí, que ya iba siendo año de publicar algo.